martes, 23 de noviembre de 2010

Eleccciones y terrorismo

Rechacemos la infiltración terrorista en las elecciones
Por Alfredo Palacios Dongo


El pasado día 11 un noticiero televisivo difundió un video donde aparecen tres sujetos uniformados cubriéndose el rostro con pañuelos rojos y boinas, teniendo como fondo una banderola roja y blanca con la imagen de Túpac Amaru, y autodenominándose miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias-Ejército Popular Tupacamarista (FAR-EPT) lanzaron arengas y llamados a la insurgencia y a la lucha armada. Ya anteriormente, en un comunicado del 20 de setiembre pasado este grupo manifestaba: “aspiramos junto a los pobres de nuestra patria convertirnos en el instrumento estratégico, que considerando todas las formas de lucha, conquiste nuestra segunda y definitiva independencia”.


Posteriormente han aparecido documentos de la presunta Dirección Estratégica del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), en los que además de proponer “organizarse como partido”, manifiestan que “apoyarán al candidato presidencial del campo popular y progresista que pase a la segunda vuelta, ya sea el sacerdote, el indígena o el militar nacionalista”.

Es muy preocupante y peligroso que el terrorismo intente infiltrarse en las elecciones. Se debe considerar que aparte de estas últimas informaciones del MRTA, el grupo terrorista de Sendero Luminoso (SL), que desangró el país por dos décadas, ha dado pasos más concretos para intervenir electoralmente al haber lanzado el 22 de enero pasado en la “Casa del Maestro”, en Ayacucho, el “Movimiento por Amnistía y Derechos Fundamentales” (Movadef), cuyo comité organizador es dirigido por Manuel Fajardo, abogado del cabecilla terrorista Abimael Guzmán, a quien increíblemente lo consideran “un luchador social”.

En marzo pasado, el ex ministro del Interior, Octavio Salazar, manifestó en la Comisión de Defensa del Congreso que en las pasadas elecciones municipales y regionales eran hasta quince los precandidatos a consejeros regionales y alcaldes provinciales y distritales que habían pugnado condenas por terrorismo. Además, de manera insólita, el candidato a la municipalidad de Puno, Abraham Cauna, se declaró admirador del Abimael Guzmán.

Bajo este panorama la alerta está dada. El terrorismo es el peor enemigo que tiene la sociedad y la democracia. Lo expuesto revelaría el intento de resucitar prédicas violentistas y antidemocráticas bajo la sombra de movimientos de fachada de estas organizaciones subversivas que pretenden aprovecharse de la democracia para destruirla, infiltrando candidatos con antecedentes terroristas en diferentes listas para las próximas elecciones, lo cual debe ser firmemente rechazado con los instrumentos que nos brinda la ley y la democracia. Expreso, 20.11.2010.

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